Freewill
Barcelona a 13 de marzo del año 101 de nuestra era
(Hoy después de muchos días de ausencia de mi blog, he podido sentarme a escribir algo. Mucho trabajo, las clases de inglés, y mi pereza indomable suelen ser los causantes de los intervalos entre posts, pero esta vez hay que añadir un dolor de espalda de esos que te impiden vivr con normalidad. Ya estoy mejor, gracias. Espero que esto os interese)
Uno no se ha convertido en ateo de la noche a la mañana; ha sido un proceso largo y duro. Largo porque se inició siendo bastante joven, y duro porque me ha obligado a abandonar reconfortantes creencias en seres llenos de bondad que me cuidaban y velaban por mi. Uno se siente solo en un Universo al cual le importas una mierda, y es desde esa posición de soledad desde la que uno se hace las preguntas sin respuesta que tan gratificante es responder desde la fé en tal o cual deidad.
Recuerdo haberme planteado la cuestión de la
predestinación y el libre albedrío el dia que analicé qué quería decir el término "Omnipotente" referido al dios judeo-cristiano.
Premisa: Dios es omnipotente (lo puede todo), luego es Omnisciente (lo sabe todo) por lo tanto entre las cosas que sabe (que son todas) está el futuro de cada uno de nosotros. Si mi futuro está escrito, aunque sea en la mente de dios, significa que no tengo elección, ya que mis elecciones son conocidas de antemano, así como sus consecuencias. O lo que es lo mismo, estoy predestinado. Conclusión: No soy libre.
Así pues, la existencia de un dios tal y como lo entienden las religiones mayoritarias elimina la posibilidad de libre albedrío del ser humano. Aquí se podría ahondar mucho más, y entrar en discusiones larguísimas sobre este punto, aducir lo que Leibniz pensaba al respecto: que las dos cosas son posibles al mismo tiempo (que dios conozca todos los caminos, pero que a la vez nosotros somos libres de tomar uno u otro) Leibniz, como casi todos los genios de su época (Newton, p.ej.) era una persona profundamente religiosa.
El Universo, al que no importamos una mierda, y que no nos reconforta en lo más mínimo al no poder pensar en su infinita bondad, por contra, tiene como principal ventaja la de que no coharta en lo más mínimo nuestro libre albedrío. Yo me quedo con el Universo.
(Hoy después de muchos días de ausencia de mi blog, he podido sentarme a escribir algo. Mucho trabajo, las clases de inglés, y mi pereza indomable suelen ser los causantes de los intervalos entre posts, pero esta vez hay que añadir un dolor de espalda de esos que te impiden vivr con normalidad. Ya estoy mejor, gracias. Espero que esto os interese)
Uno no se ha convertido en ateo de la noche a la mañana; ha sido un proceso largo y duro. Largo porque se inició siendo bastante joven, y duro porque me ha obligado a abandonar reconfortantes creencias en seres llenos de bondad que me cuidaban y velaban por mi. Uno se siente solo en un Universo al cual le importas una mierda, y es desde esa posición de soledad desde la que uno se hace las preguntas sin respuesta que tan gratificante es responder desde la fé en tal o cual deidad.
Recuerdo haberme planteado la cuestión de la

Premisa: Dios es omnipotente (lo puede todo), luego es Omnisciente (lo sabe todo) por lo tanto entre las cosas que sabe (que son todas) está el futuro de cada uno de nosotros. Si mi futuro está escrito, aunque sea en la mente de dios, significa que no tengo elección, ya que mis elecciones son conocidas de antemano, así como sus consecuencias. O lo que es lo mismo, estoy predestinado. Conclusión: No soy libre.
Así pues, la existencia de un dios tal y como lo entienden las religiones mayoritarias elimina la posibilidad de libre albedrío del ser humano. Aquí se podría ahondar mucho más, y entrar en discusiones larguísimas sobre este punto, aducir lo que Leibniz pensaba al respecto: que las dos cosas son posibles al mismo tiempo (que dios conozca todos los caminos, pero que a la vez nosotros somos libres de tomar uno u otro) Leibniz, como casi todos los genios de su época (Newton, p.ej.) era una persona profundamente religiosa.
El Universo, al que no importamos una mierda, y que no nos reconforta en lo más mínimo al no poder pensar en su infinita bondad, por contra, tiene como principal ventaja la de que no coharta en lo más mínimo nuestro libre albedrío. Yo me quedo con el Universo.
5 Comments:
Yo prefiero no hablar del Universo porque si se me pilla desprevenido me desvanezco de horror o me golpeo angustiado contra la pared.
Yo creo que entre otras muchas razones, yo me alejé de dios porque me prometía la eternidad. Y eso me horroriza tanto como las distancias del universo. Por cierto, de dónde venimos, adónde vamos... Uyyy, ya me mareoooo.
(Contra el dolor de espalda yo uso Feldene y ve va de cine...jajaj)
Saludos.
Consultorio medico: Feldene Flas, es el que me ha permitido no caminar doblado (y seguir currando, claro) Gracias por aconsejármelo.
Universo: Te angustia tomar conciencia de que no eres nada, nadie, nunca y en ningun sitio. Bienvenido al universo.
Un lugar de tamaño considerable, donde vemos las cosas tal como eran cuando emitieron la luz que nos llega ahora, y en el que el unico futuro posible (salvo que prospere la teoria de la materia oscura) es el aumento de entropía y la muerte térmica.
Supongo que nos pasa a muchos (¿a todos?) que nos angustia el pensar en un universo finito, que empalma con otro igual y así hasta el infinito... yo también me mareo, bueno, me mareaba, porque decidí hace unos años, en una de mis inmersiones profundas por mis crisis existenciales, que lo mejor era dejarse llevar y no intentar comprender más de para lo que estamos preparados.
Consultorio médico: a mí no hay nada que me cure el dolor de espalda como el Voltaren pomada.
Espero que estés mejor Jorge!
Besos!
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